Ignacio tenía un extraño problema desde que nació. Su fobia era el miedo a la oscuridad y a los lugares cerrados. Era tan grande su miedo que sus papás tenían que dejar la luz prendida y abiertas las ventanas durante la noche para que pudiera dormir.
Desafortunadamente, después de cumplir un año Ignacio murió. Su cadáver fue sepultado en el Panteón de Belén.
Al otro día los encargados del Panteón de sorprendieron que la tumba estaba abierta y colocaron la lápida en su lugar. Este hecho sucedió por diez días seguidos.
Los papás comentaron a los vigilantes del cementerio la fobia que tenía su hijo. Al parecer tenía miedo aun después de la muerte. Por lo tanto, decidieron poner en alto la tumba del niño para que no estuviera debajo de la tierra.
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Nota. Como esta hay muchas leyendas del Panteón de Belén... vale la pena conocerlo.
De los pocos lugares a los que nunca fui. Sí he escuchado leyendas al respecto, y también supe de los recorridos por varios amigos que sí fueron. Ojalá que en mi siguiente visita pueda darme una vuelta.
ResponderEliminarAntes de ir infórmate de los recorridos nocturnos guiados. Valen la pena. Hace unos años montaban una obra de teatro alrededor del 2 de noviembre, creo que era "Chucho el Roto", ¿o me equivoco?... como sea, altamente recomendable.
ResponderEliminarsi es cierto
Eliminares ya nos toco verlo y esto esta de miedo
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