
Una situación vergonzosa cuando quedas con gente extremadamente puntual. Lo que me recuerda la Universidad, en una clase en la que la maestra no dejaba pasar si no se llegaba a la hora exacta, es decir un minuto tarde y estaba fuera. La clase era muy temprano y la primera del día, lo que me obligaba a salir como fuera de casa (pants o casi casi pijama) para llegar a tiempo, en una ocasión me vi en la embarazosa situación de brincar un camellón por mis prisas y las clamas de algunos.
He pensado en esa maestra últimamente, tenía razón en ser estricta, pero creo que a veces exageraba, si ella es así de puntual tal vez tenga problemas con los demás de su círculo, me la imagino en un café a la espera de sus amistades.... ella puntual y las demás de 15 a 20 minutos tarde como la mayoría.
El remedio para mi caso, no volver a hacerme responsable por la apertura de un negocio que en 30 años, con esta vez, es la tercera que abre tarde o ponerme el reto y llegar temprano,porque no puedo con el cargo de conciencia.
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