Imagen: http://www.almendron.com/blog/etiqueta/haiti/
Leon Krauze en su columna de hoy, escrita en PUBLICO, hace mención de la postura que tomó México cuando sucedía la Guerra Fría en España. Trajeron a 500 niños de ese país al nuestro, exactamente al estado de Michoacán, aquí vivieron un tiempo, unos regresaron a su país, otro más optaron por hacer de este su nueva patria.Lo menciona, porque entre sus ideas pasa, la de traer aquí a unos cuantos niños Haitianos, que se han quedado sin casa, sin padres e incluso sin familiares. Sugiere que al igual que a finales de los 30's con la guerra antes mencionada, se adapte un lugar para los niños. No tan diferente piensan las madres de familia que después de ver las noticias, lloran al ver la angustia que en sus caras traen los pobres niños que desorientados, corren en las calles de Puerto Príncipe.
Hoy en las noticias locales, en un centro de acopio, se le preguntaba a una señora ya de edad, el motivo por el que estaba ayudando como voluntaria. La señora llorando, le contestó al repostero que en algo quería ayudar a los hermanos Haitianos, y una forma era esa.
Lo que contrasta es la nota del mismo periódico. Una cabeza, de un hombre de aproximadamente 29 años, amaneció arriba de la tumba de Arturo Beltrán Leyva.
Cómo la humanidad podemos sentirnos tan mal por acontecimientos como el terremoto, pero cómo los mismos humanos somos capaces de sentir algo, no sé que es, degollando y haciendo sufrir a los mismos hombres.
No se cual sea la "moraleja" pero si bien es cierto que los Haitianos necesitan ayuda, también es cierto que aquí todavía no hacemos todo lo que está en nuestras manos para ayudarlos.
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