El tiempo es algo muy valioso para los japoneses, viven pendientes del reloj y son muy respetuosos del tiempo de los demás. Ejemplo: cuando vas a un banco o a una tienda departamental por la mañanas los empleados llegan antes de la hora de apertura, preparan todo, se forman algunos en la entrada a la hora en punto, abren la puerta al tiempo que hacen reverencia diciendo “irashaimaseeeeee” (algo así como “bienvenido”)... igualito que en México :-P
Bueno, el punto es que no se si sepan, pero tenemos un reloj japonés en nuestra ciudad, está ubicado en la Plaza donde se ubica la Biblioteca Iberoamericana, frente a la estación Universidad de la linea 2 del Tren Eléctrico. Como este reloj son los que podemos encontrar en Japón en plazas públicas y parques.
Tomé algunas fotos que quiero compartir con Ustedes, como pueden apreciar el reloj fue una donación del Ayuntamiento de la Ciudad de Kyoto a nuestra ciudad.
Lo anterior no siempre es positivo, porque crea una fijación al tiempo y la hora que generan una presión adicional que muchas veces raya en la paranoia, pero algo podemos aprenderles, tomar lo bueno y tratar de aplicarlo a nuestra vida, ¿no creen?
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