El poder de la palabra es tan fuerte que puede motivar a las personas para lograr lo mejor de si o romper su espíritu hasta obtener lo peor.
Es increíble el poder de la palabra. El movimiento corporal, el tono de voz, la jerga que se utilice, todo afectará nuestro mensaje. Quizá lo más impresionante es como a diferencia muchos sucesos que ocurren y se pueden olvidar, lo que se le dice a una persona puede quedar grabado en su mente para siempre.
Se dice que la raíz de todos los problemas es la comunicación pero realmente es al revés es la solución a todo. Lo complicado es desarrollar la habilidad para comunicarnos correctamente a fin de encontrar las soluciones en vez de hacer crecer los problemas.
Iniciando el año me encontré con una persona que por su situación laboral traía una actitud negativa con la cual contagiaba a cualquiera, prácticamente era imposible no entrar en su pesimismo ya que todas sus palabras eran negativas, su mirada decaída y su tono de voz bajo.
Al verme inmerso en el negativismo me di cuenta que un líder no puede tomar este tipo de actitudes ya que llevará al resto del grupo con él, perderá apoyo, credibilidad y será difícil recuperarlos. Se necesita estar seguro de uno mismo y amar lo que hace para poder ser positivo, de otra manera seremos líderes mediocres sin un fin.
La actitud se trae consigo, la reforzamos con las personas que nos rodean. Busquemos siempre lo positivo y comuniquemos a los demás nuestro positivismo.
